miércoles, 2 de mayo de 2007

Retacería.



No sé zurcir.
Aunque lo intento.
Aunque los intentos sean muy malos, pero la intención es la que cuenta.
Aunque me vea forzada y avergonzada a usar frases hechas para justificar mis fallidos intentos.

Últimamente he pensado a que se deba, y no me decido aún a quien responsabilizar de tan atroz falta. Tengo una austera disyuntiva entre la poca disposición que tengo a reparar mis errores (los errores y sus errores) y la manera tan empírica como adquirí el oficio. Me niego a continuar como “costurera autodidacta”.

¿Será que debería mandarlo a hacer? Probablemente. Aún no tengo las especificaciones completas, pero me imagino lo que quiero: Me encantaría tanto un traje a la medida, uno que me quede excelente, al que yo no tenga subirle la bastilla, pegarle un botón o algo por el estilo… un traje que sea para mi, solo para mi! Que pueda ponérmelo para beber café y que no le quede impregnado el aroma del cigarrillo de las mesas de aun lado, que no se contamine, más bien que huela a mi y yo a él, que tenga mi esencia, que me reconozca y este orgulloso de mi, que acepte que necesita ir a la tintorería de vez en vez… quiero un traje que sea fresco para usarlo en verano y que me abrace en invierno, que no arruine mi primavera y que me acompañe a mojarnos con las lluvias de octubre, que no encoja, más bien que con el tiempo crezca… ¡Sí! Quiero yo quiero un traje, asi! Que sea inflamable, impermeable y siempre reciproco, que cuando nos miremos al espejo a travesemos sin dudas… ¿Quién podría cortar, coser, moldear un traje así? Ya estoy tan cansada de recurrir a mi atavío barato, de sus mil rupturas, de ponerle un parche encima de otro, ya esta cansado, añejo, acabado, desgastado, descolorido, arruina mis abriles con su poca elegancia, su falta de tacto, y su desamor, ya no quiero ese traje que me agobia, me angustia, que huele a alguien que no soy yo, que me olvida, ese traje ya no me queda. Lo único que de él me queda es el confort de verme desnuda y tener la opción de adquirir algo que me luzca, que me haga sentir viva otra vez.




Camarada Soledad

5 comentarios:

La Leyenda dijo...

A cada linea me fuiste atrapando con esa manera tan genial que tienes de decir las cosas. Sonreía, pensaba, me transportabas y me hiciste sentir lo que tú sentiste al escribir esto... es fantastico!

Unknown dijo...

Un traje hecho a la medida???

Qué buero sería eso, te imaginas, no experimentar el sufrimiento, el desamor, la infidelidad, la inseguridad... Prefiero experimentar todo eso y poco a poco ir cortando ese traje que se vaya pintando a mi cuerpo... Tal vez haya que ponerle un botoncito, pero ¿Qué tanto es un botón?

Reina, no busques, solo llegará a tu vista ese traje que tanto anhelas en el aparador más vistoso y al precio más accesible...

TE AMO...

Unknown dijo...

boba! hacete uno de tela irrompible tambien, en el que ni las dagas que van al corazon puedan entrar, que sea antibalas, que cupido no alcance a penetrar con su flecha, y luego pone una fabrica porque va a ver cola para comprarte una copia..jaja

Unknown dijo...

y cuando volves?

Unknown dijo...

:(

Esperaba encontrar post ahora.